Hola, muy buenas a todos. Soy diego, me gustan el cine, las series y los cacahuetes, y con esta entrada doy comienzo a mi participación en este blog. Antes de empezar me gustaría aclarar un par de cuestiones: Soy un crítico amateur que no tiene mayor pretensión que la de compartir el visionado de una peli, y publico mis críticas con el único propósito de evitar que este blog se convierta en una pseudosecta adoradora de Steve Jobs y cualquier cosa que a Apple se le ocurra hacer.
Dicho esto, me gustaría empezar esta sección con un producto nacional. No sé si es porque hoy me siento muy patriota, si es por el reciente estreno de la última del director (“Primos”), o porque, sinceramente, me encantó la película. Tal vez un poco de todo.
“Azuloscurocasinegro” (Daniel Sánchez Arévalo, 2006), nos cuenta la historia de Jorge (Quim Gutiérrez), un chaval que se ve obligado a trabajar como portero (de vivienda), cuando su padre sufre un ataque al corazón. Jorge intenta por activa y por pasiva encontrar un trabajo mejor, pero el tener que cuidar de su padre y la reciente aparición de su novieta de toda la vida, hacen que esta meta se convierta poco a poco en un fracaso constante. Paralelamente, su hermano Antonio conoce en la cárcel a Paula, de la que se enamora perdidamente, y a la que intentará dejar embarazada a toda costa con el fin de que la trasladen al módulo de maternidad y así librarla de la abusona que no hace más que maltratarla.
Vale, lo sé: típica españolada, vamos todos a huir de semejante coñazo. Comprendo que esto sea lo primero que uno piense después de leer un argumento semejante. Sin embargo, pido por favor que dejemos a un lado los prejuicios y le dediquemos un par de horas a una película mucho más humana y mucho más entretenida que muchas de las mierdas que nos llegan últimamente de Hollywood.
La fórmula de esta película se encuentra realmente en que detrás de todo el drama se encuentren unos personajes y unas situaciones que despiertan en nosotros cariño, simpatía y comprensión. Es así, no hay ni buenos ni malos, sólo personas que tratan de salir adelante en unas circunstancias muy poco favorecedoras.
El guión, del propio Sánchez Arévalo, es prácticamente impecable, con toques muy realistas por un lado y con situaciones de lo más pintorescas por otro. Vamos, que mientras que nos muestran cómo el protagonista intenta escapar de un destino cada vez más gris, nos cuelan una escena de cómo su mejor amigo se entretiene espiando al vecino de al lado, un masajista un tanto peculiar.
La película se alzó con tres premios Goya, los correspondientes a mejor dirección novel, actor de reparto y actor revelación, y lo cierto es que no me extraña ni lo más mínimo. El elenco protagonista firma unas interpretaciones increíbles, moviéndose entre lo crudo y lo tierno. A destacar Antonio de la Torre en el papel del hermano, actor que yo no conocía pero que cada vez me gusta más.
En resumen, una película muy peculiar que recomiendo ver a todo el mundo. Creedme, si no fuese buena, ni de coña hubiese empezado en este blog comentando una película española.
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